Carta abierta a Myriam Vachez

Myriam Vachez, secretaria de Cultura
Juan Larrosa / Opinión

Carta abierta a Myriam Vachez

Por Juan S. Larrosa-Fuentes

En días recientes me enteré que C7 dejó de producir y transmitir información, periodística y de opinión, relacionada con las campañas electorales. En países donde la radiodifusión pública goza de buena salud, esta noticia sería un gran escándalo. ¿Te imaginas que pasaría, Myriam, si la BBC o la Deutsche Welle decidieran, de un día para otro y sin una discusión y argumentación pública, eliminar la información electoral de sus parrillas de programación?

En el caso de Jalisco la noticia sobre la decisión de cortar la información electoral ha sido poco discutida. Algunos medios de comunicación han hecho eco sobre el tema y han reparado sobre la cuestionable decisión que el Consejo de C7 tomó para dejar de transmitir información electoral. Sin embargo, el tema se ha perdido entre el bullicio propio de las campañas y la indiferencia de muchos ciudadanos que observan esta decisión como otro episodio en el que los gobiernos toman decisiones sin apegarse a la ley, sin consultar a los ciudadanos, y especialmente, sin el interés de ofrecer un servicio público. Este episodio, Myriam, no es nuevo en la historia del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión. Hace unos días se cumplieron veintitrés años de las explosiones del 22 de abril. También se cumplieron veintitrés años del día en que alguien decidió que, luego de las explosiones, era mejor bajar el interruptor de la radiodifusión jalisciense y dejar de informar a los ciudadanos. Así fue como alguien decidió que durante una semana, el sistema de medios públicos del estado emitiera ruido rosa y barras cromáticas. Hasta ahora no sabemos quién lo decidió ni cuáles fueron las razones de su decisión.

Dos décadas después sabemos que el consejo de C7 decidió cortar la información electoral, pero no sabemos exactamente por qué. En una minuta de trabajo del Consejo que tú presides, se sabe que decidieron suspender “desde el 5 de abril y hasta el 8 de junio, los programas de servicio social, spots y cualquier contenido que hable o pueda interpretarse como logro de gobierno” y que habrá un “condicionamiento (sic) de no tocar temas electorales para los programas de opinión”. Días después, en una entrevista para Reporte Índigo, Gabriel González López, el actual director de C7, declaró que la decisión se tomó porque temen hacer mal su trabajo. Es decir, que alguien interprete que C7 produce información que beneficie a alguno de “los candidatos o partidos que están en la contienda electoral”. En esta entrevista, además, el director señaló con mucha seguridad, que no están violando ninguna ley.

La decisión que tomaron, Myriam, revela una muy mala lectura de la ley. El artículo cuarto de la Ley Orgánica que rige C7 dice claramente que el sistema debe proporcionar información “pertinente, veraz y oportuna a los habitantes del Estado” y que las decisiones de sus directivos se ajustarán a las disposiciones constitucionales y federales, como los artículo 6 y 7 de la Constitución mexicana o la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión o. Además, el artículo 30 de la misma ley dice que el defensor de la audiencia debe actuar bajo los criterios del código de ética de C7, el cual dice claramente que “la gente (sic) y los individuos tienen el derecho a adquirir una visión objetiva de la realidad por medio de la información exacta y comprensiva” y que los periodistas tienen la tarea de crear información que le permita a las personas “formarse una idea exacta y comprensiva del mundo.” ¿Cómo nos vamos formar, Myriam, una idea exacta y comprensiva de las campañas electorales si C7 decidió eliminar la cobertura periodística del proceso más importante de un sistema de democracia representativa? ¿No te parece, Myriam, que sí violaron la Constitución Mexicana, así como La Ley Orgánica y el código de ética de C7?

La decisión que tomaron también revela, tal vez inconscientemente, la poca seguridad que tienen en su propio trabajo. El temor a ser señalados por trabajos periodísticos sesgados e imparciales tiene bases sólidas y reales. Aunque algunos conductores de C7 se han mostrado burlones y refractarios a la crítica, diversos trabajos académicos han documentado la poca independencia periodística del sistema de radiodifusión público.[1]

Los tiempos de crisis, Myriam, han servido como catalizadores para renovar instituciones, para volver a pensar aquellas cosas que no están funcionando bien. Difícilmente C7 va a recular en su polémica y desde mi punto de vista, errada decisión. Los directivos de C7, así como los miembros de su consejo, pasarán a la historia como aquellos que volvieron a bajar el interruptor de la radiodifusión jalisciense para dejar de informar a los ciudadanos. Sin embargo, siempre hay tiempo y posibilidades para cambiar. ¿Nos informarás detalladamente cuáles fueron los argumentos para dejar de transmitir información electoral? En caso de que sea cierta la razón dada por el director de C7, ¿no te parece que sería adecuado que renunciaran todas aquellas personas que no tienen la capacidad para producir información periodística durante un proceso electoral sin que sean señalados de ser parciales y sesgados? ¿No te parece, Myriam, que C7 cuenta con los recursos tecnológicos y económicos para producir los mejores contenidos periodísticos del estado?

Este artículo fue publicado el 26 de abril de 2015 como parte de la columna de opinión “Sistema Autorreferencial” del programa “Señales de Humo”, que se transmite por Radio Universidad de Guadalajara.

Fuente:
[1] Darwin Franco, “Foro Mundial de ¿medios Públicos?,” en Medios de comunicación y derecho a la información en Jalisco, 2011, (Guadalajara, México: ITESO, Departamento de Estudios Socioculturales, 2012), 127–36; Juan Manuel Velázquez Ramírez, “Ausencias y emergencias de lo público/ciudadano en noticieros televisivos y movimientos sociales: un acercamiento desde la perspectiva del communicative framing” (ITESO, 2011); Guillermo Guillen Peña y María Fernanda González Hernández, “C7: ¿medio público o vocero eel gobierno?” en Medios de comunicación y derecho a la información en Jalisco. 2013 (Guadalajara: ITESO), 39–60.

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