Luzbel, contenidos y derechos de las audiencias

Luzbel
Opinión / Rubén Alonso

Luzbel, contenidos y derechos de las audiencias

Por Rubén Alonso

Publicado originalmente el 30 de octubre de 2017 en Milenio Jalisco.

Se dice que, para enfrentar al diablo, ese arcángel caído en desgracia (fuera de la Gracia), se requiere reconocer su existencia para así enfrentarlo, de lo contrario, como cualquier enemigo, hará de las suyas a su antojo. El primer artilugio del diablo es mostrarse como “luz bella”, atractivo, encantador. De ahí que se le denomine también como “Luzbel”.

El Congreso de la Unión, Diputados federales primero y el pasado jueves 26 de octubre los Senadores, aprobaron la contrarreforma en materia de Derechos de las Audiencias, suprimiendo la obligación de concesionarios de radio y televisión a diferenciar “con claridad la información noticiosa de la opinión de quien la presenta” y “aportar elementos para distinguir entre publicidad y el contenido de un programa” (Art. 256, fracciones III y IV de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión), entre otros elementos como acotar facultades al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y obligaciones de concesionarios enmarcándolos más en la autorregulación a través de sus códigos de ética. Todo ello bajo el argumento de salvaguardar la libertad de expresión.

La contrarreforma en materia de telecomunicaciones se da fast track en el Senado. En el pleno se omitió el trámite de primera lectura del dictamen, la sacaron en una sola sesión; la Cámara de Diputados, a su vez, la dictaminó y aprobó previamente en tiempo récord.

Los legisladores cerraron cualquier posibilidad de debate público sobre el tema, máxime cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aportaría elementos en estos puntos al resolver las controversias constitucionales presentadas por Morena, PRD y la CNDH. Ahora, esas controversias quedarán sin materia y las audiencias a someterse a la decisión del Congreso de la Unión.

Pero el asunto no es sólo responsabilidad de los tomadores de decisiones. Desde el otro lado, desde la sociedad nos faltó mantener y promover el debate público sobre el tema. Estimo que fallamos y dejamos al “diablo” actuar solo, lo dejamos en su terreno y con sus artilugios. Los grupos económicos en telecomunicaciones y radiodifusión, autores y alentadores de esta contrarreforma ganaron la partida.

¿Qué nos queda? Mucho por hacer, como mayor educación-formación de audiencias en el consumo de contenidos, que dependen de la credibilidad. “Agua bendita” para identificar a Luzbel que nos ofrece ser como “dioses” consumiendo una jugosa manzana (contenido) preñada de gusanos.

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