Reformar …o no, el SEAJ

jalisco sin corrupcion
Jorge Narro / Opinión

Reformar …o no, el SEAJ

Por Jorge Narro

Publicado originalmente el 15 de Julio en Mural.

El lunes 17 de junio, merced a la solicitud de varios organismos empresariales y organizaciones de la sociedad civil y a la aceptación de la Mesa Directiva y la Comisión de Vigilancia y Sistema Anticorrupción del Congreso del Estado, se iniciaron los trabajos para reformar el Sistema Estatal Anticorrupción (SEAJ). Ése que está completo, pero es prácticamente inoperante (me permito recordar mi editorial anterior, «Reformar el SEAJ», publicado hace quince días en este espacio).

Tanto el Legislativo como las organizaciones sociales acordaron que serían siete los temas que se trabajarían en sendas mesas. Siete temas sobre los que los asistentes llevarían propuestas de mejora, se discutirían y se votarían (el formato se conoce como «parlamento abierto»).

Los temas son:

1. Articulación del Comité Coordinador del SEAJ. Esto es: que este órgano (que es el de gobierno del propio SEAJ) funcione realmente como sistema. Y «sistema», dice el diccionario de la Real Academia Española, significa: «Conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a determinado objeto».

2. Modelo abierto de adquisiciones y contrataciones gubernamentales. Proveer al SEAJ de recursos tecnológicos, así como de figuras como el testigo social o la declaración jurada, que privilegien la vigilancia ciudadana y el compromiso ético en los procesos de compras y contrataciones.

3. Integridad empresarial. Incorporar mecanismos que favorezcan el cumplimiento de las normas a las que están sujetas las empresas, especialmente las relacionadas con el interés público.

4. Fortalecimiento de la Fiscalía Anticorrupción. Se propone -por ejemplo- dotarla de una Unidad de Análisis Financiero que incremente sus capacidades de investigación, particularmente el seguimiento y recuperación de activos, así como las actividades relacionadas con la actividad probatoria. Esto incluye modificaciones al Código Penal para, entre otras cosas, incluir nuevos delitos como los relacionados con el desarrollo urbano o la corrupción en los negocios.

5. Revisar la estructura operativa de diversas instancias del SEAJ. Por ejemplo: crear un equipo mínimo para apoyar al Comité de Participación Social (CPS) y revisar la configuración de la Secretaría Ejecutiva del Sistema.

6. Introducir las bases de una «Ley de Designaciones Públicas y del Servicio Profesional de Carrera». Se trata de diseñar un modelo transparente y adecuado de reclutamiento, selección, permanencia y adscripción para cargos del servicio público estatal y municipal. O sea: contratar a los mejores, no a los cuates…

7. Paridad de género en todos los órganos que integran el Sistema.

Discutidos y votados estos temas en las siete mesas, pasarán al Congreso. Y ahí, o se reforma el SEAJ, o se queda básicamente como está. Con todas sus piezas, pero ineficaz.

Imaginemos escenarios…

1. El ingenuo: las y los diputados asumen en los hechos su mandato de representantes populares (o sea: se ponen del lado de la sociedad), estudian seriamente las propuestas, se asesoran por expertos y conocen las mejores prácticas nacionales y extranjeras, trabajan con autonomía respecto del Ejecutivo y el Judicial, no se someten acrítica y dócilmente a sus coordinadores de fracción, etc., etc., etc.

2. El perverso (o sea el usual…): las y los diputados hacen lo que les ordenan sus coordinadores, que a su vez negocian entre sí a partir del peso político de sus respectivos partidos. Y como MC y sus aliados del Verde y del PRD son mayoría, imponen sus condiciones luego de haber recibido línea del Gobernador. Es decir: el SEAJ se queda como está o hasta aprovechan la oportunidad para empeorarlo…

3. El que podamos construir los ciudadanos, porque nos involucramos en la reforma del SEAJ y porque -no podemos ser ingenuos- ésta contiene incentivos para la clase política, pero también para los gremios del sector privado cuya suerte depende en buena medida de su interacción con los gobiernos (proveedores, constructores, desarrolladores inmobiliarios, etc.). Se trata pues, de «ganar-ganar». Es iluso pensar que se puede construir un SEAJ (y un entramado legal) que combata siempre con éxito la corrupción; pero es cómplice y cobarde renunciar a mejorar el actual Sistema.

¿A cuál escenario le apuesta Usted? O, mejor dicho: ¿A cuál va a contribuir por acción o por omisión?

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